Cada 5 de junio desde 1973 se conmemora el día mundial del ambiente. Este año se cumplen 50 años desde que se instauró esta fecha con el fin de que cada persona tome conciencia respecto del cuidado de nuestro planeta y aprendamos a vivir mas en armonía con cada uno de los seres vivos que habitan la tierra, teniendo en cuenta que nuestras acciones y prácticas cotidianas pueden afectarlos.
Este año el lema propuesto por el PNUMA es “#SinContaminaciónPorPlásticos”, este movimiento buscar reducir el uso de plásticos ya que desde el Everest (punto mas alto de la tierra), hasta las fosas de las marianas (punto mas profundo de la tierra) se encuentra contaminado por este material de uso diario y muchas veces de un solo uso como es el caso de los envases de comestibles, vasos descartables, sorbetes, etc.
Según datos de PNUMA en todo el mundo se compran un millón de botellas de plástico cada minuto, al tiempo que se utilizan hasta 5 billones de bolsas de plástico al año. La mitad de todo el plástico producido en el mundo está diseñado para ser desechado después de un solo uso, generando un impacto hasta ahora incalculable.
Hoy en día, producimos alrededor de 400 millones de toneladas de desechos plásticos cada año, en el mundo.
Argentina no esta exenta a dicha situación, calculando que cada habitante del país genera entre 40 y 42 Kg de plásticos al año.
¿Cómo afecta esto?
Si tenemos en cuenta el peso especifico del plástico promedia los 950 Kg/m3, cada persona genera 2 baldes de 20 litros llenos de plástico por año, los cuales muchos terminan enterrados o dispersos en cursos de agua (arroyos, ríos y mares) provocan que especies marinas confundan el mismo con comida y mueran.
En la actualidad, los plásticos representan entre el 60 y 80% de los desechos marinos y, una vez que este llega a los océanos, se mueve a merced de las corrientes y los vientos, generando en algunas zonas grandes acumulaciones llamadas “Islas de plásticos”.
La mayoría de los artículos de plástico nunca desaparecen por completo, simplemente son descompuestos en pedazos cada vez más pequeños. Estas partículas pequeñas se llaman microplásticos y pueden penetrar en el cuerpo humano a través de la inhalación y la absorción y acumularse en los órganos. Por ejemplo, se han encontrado microplásticos en nuestros pulmones, hígados, bazos y riñones. De hecho, un estudio detectó recientemente microplásticos en las placentas de los recién nacidos.
El alcance total del impacto de los microplásticos en la salud humana aún se desconoce. Sin embargo, existe evidencia significativa de que los productos químicos asociados con los plásticos, como el metilmercurio, los plastificantes y los retardantes de llama, pueden penetrar en el cuerpo y se ha evidenciado su asociación con problemas de salud.
¿Qué puedo hacer?
Como parte de este planeta, nuestra comunidad no es ajena a las prácticas y las situaciones globales que se están produciendo por el uso indiscriminado de plástico, debiendo cada uno de nosotros comenzar a reflexionar sobre nuestras prácticas diarias y entender que solo tenemos un planeta y una oportunidad para cambiar la realidad actual.
Es por ello que invitamos a todos a continuar con la separación en origen de los residuos, comenzar con la aplicación de la ecobotella o botella de amor mediante la cual se evita que plásticos de un solo uso sean enterrados, evitar la utilización de envases plásticos de un solo uso, utilizar bolsas de tela para las compras y sobre todo aprender que si no cuidamos este planeta no tendremos otro en donde vivir.